La verdad es que vivir con Nictofobia es bastante agotador.
Cada vez que cae la noche, siento que mi ansiedad comienza a aumentar poco a poco.
No es solo que me asuste la oscuridad, es el hecho de no saber qué puede haber en ella.
Incluso en mi propia casa, donde sé que no hay ningún peligro real, mi mente empieza a imaginar cosas, como sombras que parecen moverse o sonidos que se amplifican cuando no puedo ver bien lo que me rodea.
Antes de dormir, me resulta imposible apagar todas las luces.
Siempre tengo que dejar una lámpara encendida o incluso la televisión en modo silencioso, solo para sentir que tengo algo de control sobre la oscuridad.
Si llego a despertarme en medio de la noche, mi corazón se acelera y a veces me paralizo.
Me quedo inmóvil en la cama, escuchando atentamente cada pequeño ruido, con una sensación de pánico que me invade.
Esto afecta mucho mi sueño.
Me cuesta conciliarlo, y cuando lo hago, no es profundo.
Me despierto varias veces y, al día siguiente, estoy agotado/a.
Esto impacta mi vida cotidiana, tanto en el trabajo como en mis relaciones.
No puedo concentrarme bien, me siento irritable por la falta de descanso, y me da vergüenza contarle a alguien lo que me pasa, porque sé que para muchos adultos esto parece un miedo «infantil».
A veces, si necesito ir al baño de noche, prefiero no hacerlo.
Me quedo en la cama, aguantando el malestar, solo para no enfrentar la idea de caminar en la oscuridad, aunque sea en mi propia casa.
Es frustrante porque sé que mi miedo no es racional, pero no puedo evitarlo. Se siente como si la oscuridad me atrapara en un estado de vulnerabilidad que no puedo controlar.
Lo que acabáis de leer es un testimonio real de uno de nuestros pacientes que hemos tratado en Ags Psicólogos con Nictofobia o miedo a la oscuridad, un trastorno de ansiedad que está incluido dentro de las fobias específicas.
En este artículo, exploraremos en detalle las causas, síntomas, consecuencias y tratamientos de la nictofobia, y cómo es posible superar este trastorno con ayuda profesional.
QUÉ ES LA NICTOFOBIA
La Nictofobia es el miedo intenso e irracional a la oscuridad desencadenando una ansiedad extrema o fobia a la oscuridad.
Es un Trastorno de Ansiedad dentro de las fobias específicas, que afecta tanto a niños como a adultos.
Mientras que el miedo a la oscuridad es común y evolutivo en la infancia, es decir, se considera normal en niños de entre 2 y 7 años, se convierte en una fobia cuando persiste en la edad adulta o es tan severo que afecta la vida cotidiana, interfiriendo en actividades como dormir, salir de noche o estar en habitaciones oscuras.
Es decir, se puede dar tanto en entornos abiertos (bosque, calle, campo), como en entornos cerrados (dormitorio, parking, la casa, etc).
Las personas con fobia a la oscuridad tienden a evitar ambientes oscuros, dormir con las luces encendidas o experimentar ataques de pánico cuando anticipan estar en la oscuridad.
La falta de familiaridad con el entorno así como la intensidad de la oscuridad determinan la intensidad de la ansiedad que está asociada a la nictofobia.
DIFERENCIA ENTRE MIEDO NORMAL Y FOBIA
Aunque es normal sentir cierta aprensión hacia la oscuridad, especialmente después de una experiencia aterradora, la nictofobia se caracteriza por un miedo desproporcionado y paralizante.
Mientras que el miedo normal está relacionado con la supervivencia evolutiva, la nictofobia interfiere significativamente con las actividades cotidianas, como ir a dormir o caminar por la noche.
Por eso en Ags Psicólogos lo primero que tenemos que analizar es si la ansiedad o miedo que siente el paciente a la oscuridad está dentro de unos valores de normalidad o se trata de algo patológico que interfiere en la vida de la persona.
QUÉ PORCENTAJE DE LA POBLACIÓN PUEDE SUFRIR NICTOFOBIA
¿Sabías que el 40% de los adultos siente temor al caminar por su casa cuando está a oscuras, y que un 10% tiene tanto miedo que evita levantarse por la noche incluso para ir al baño?
El porcentaje exacto de personas que sufren nictofobia no está claramente definido, pero se estima que entre un 5% y un 10% de la población general podría experimentar este miedo de forma significativa.
Además, como ocurre con muchas fobias, la prevalencia puede variar dependiendo de factores culturales y personales.
¿HAY DIFERENTES TIPOS DE NICTOFOBIA?
Aunque no existen subtipos oficiales de nictofobia o miedo a la oscuridad, esta fobia puede manifestarse de diversas maneras dependiendo de la intensidad y las circunstancias en las que se presente el miedo:
Miedo generalizado a la oscuridad
En estos casos, la persona siente un temor constante en cualquier situación de oscuridad, sin importar el lugar o el contexto. Pueden evitar habitaciones oscuras, caminar de noche o simplemente estar en espacios sin luz.
Miedo situacional
Algunas personas solo experimentan nictofobia en situaciones específicas, como estar solas en la oscuridad, caminar por una calle mal iluminada o en lugares que consideran más peligrosos o desconocidos.
Miedo nocturno
Este tipo de nictofobia se manifiesta principalmente durante la noche.
Las personas pueden temer irse a dormir, despertarse en medio de la noche o estar en casa cuando cae el sol, afectando significativamente su ciclo de sueño.
Miedo con componentes imaginarios
A menudo, la nictofobia se asocia con el temor a figuras o seres imaginarios que las personas creen ver o sentir en la oscuridad, lo que puede intensificar su ansiedad y angustia.
En todos estos casos, la raíz del miedo es la oscuridad, pero las formas en que las personas lo experimentan pueden ser variadas. Estos matices permiten adaptar mejor las estrategias terapéuticas para cada persona.
En nuestros 15 años de experiencia hemos tratado casos de todo tipo.
Desde niños que desecadenan una serie de pensamientos donde perciben estar viendo figuras o seres imaginarios hasta personas adultas que por alguna situación traumática les han provocado fobia a la oscuridad.
También hemos encontrado casos que tras alguna experiencia en algún determinado ambiente o situación son incapaces de estar a oscuras por la ansiedad que les genera dicho entorno.
CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO DE LA NICTOFOBIA
La nictofobia puede tener varias causas, que combinan factores psicológicos, evolutivos y traumáticos. A continuación, explicamos los factores principales:
Factores Evolutivos
El miedo a la oscuridad tiene raíces evolutivas. Durante la prehistoria, la noche representaba un mayor riesgo debido a la presencia de depredadores.
Este instinto primitivo sigue presente en algunas personas y se manifiesta en forma de fobia, aunque no haya un peligro real en la actualidad.
Deterioro cognitivo
Las personas mayores que sufren algún tipo de demencia o deterioro cognitivo la pueden sufrir. También aquellas personas con problemas de visión.
Experiencias Traumáticas
Una experiencia traumática en la infancia, como haberse quedado solo en la oscuridad o haber vivido un episodio aterrador en ausencia de luz, puede causar nictofobia en la adultez.
Estos traumas, aunque no necesariamente estén relacionados con la oscuridad, generan asociaciones que activan el miedo cuando la persona se enfrenta a la falta de luz.
Ansiedad Generalizada
Las personas que ya sufren de ansiedad generalizada o trastornos de pánico son más propensas a desarrollar fobias específicas, incluida la nictofobia.
En estos casos, la oscuridad puede ser un desencadenante que exacerba la ansiedad general.
Factores Culturales
En algunas culturas, la oscuridad ha sido tradicionalmente asociada con entidades malignas, fantasmas o supersticiones.
Estos mitos y creencias pueden fortalecer el miedo a la oscuridad, especialmente si fueron inculcados desde la infancia.
Sensibilidad y Sugestión
Los niños que son más sensibles o propensos a la sugestión tienen más probabilidad de sufrir nictofobia o miedo a la oscuridad.
Sobreprotección y ansiedad en los padres
Los padres que son sobreprotectores y ansiosos pueden predisponer a sus hijos a que reacciones de una manera ansiosa
En Ags Psicólogos las causas y factores de riesgos que hemos detectado han sido múltiples y variadas: personas mayores cuya demencia ha desencadenado el miedo a la oscuridad, pacientes con padres sobreprotectores que han desarrollado una alerta constante a diversas situaciones, experiencias traumáticas en situaciones sin luz o personas con tendencia a preocuparse de manera desmedida por todo incluido el hecho de estar en un ambiente oscuro y no saber lo que puede pasar o cómo actuar.
SÍNTOMAS DE LA NICTOFOBIA
Los síntomas de la nictofobia o miedo a la oscuridad pueden ser tanto físicos como emocionales, y varían en intensidad según la persona. Entre los más comunes se encuentran:
Síntomas Físicos
- Aceleración del ritmo cardíaco o taquicardia.
- Sudoración excesiva.
- Temblores.
- Náuseas o mareos.
- Dificultad para respirar o sensación de opresión en el pecho.
Síntomas Emocionales
- Ansiedad extrema o pánico cuando se está en la oscuridad.
- Pensamientos catastróficos, como creer que algo terrible sucederá.
- Dificultad para relajarse incluso en situaciones normales relacionadas con la oscuridad.
Conductas Evitativas
- Evitar salir de noche o estar en lugares oscuros.
- Dormir con las luces encendidas o con una linterna cerca.
- Evitar habitaciones sin ventanas o lugares donde no se pueda controlar la luz.
Los pacientes que hemos tratado en la clínica presentan síntomas de los tres tipos: la taquicardia y sudoración, los pensamientos catastrofistas y la ansiedad desmedida, así como las conductas de huida o evitación son síntomas comunes en todos ellos.
CONSECUENCIAS DE LA NICTOFOBIA
Quienes sufren de Nictofobia no solo evitan activamente los lugares sin luz, sino que también suelen enfrentar dificultades para dormir.
Esto puede manifestarse como problemas para quedarse dormidos debido al temor, o por despertares frecuentes, ya que su sueño tiende a ser más superficial.
Como consecuencia, es común que experimenten somnolencia durante el día, lo cual afecta su desempeño en las actividades diarias.
En los niños, este cansancio puede llevar a una disminución en el rendimiento escolar, mientras que en los adultos puede aumentar la posibilidad de cometer errores en el trabajo, ya que su capacidad de concentrarse y prestar atención se ve comprometida.
Los niños, además, suelen desarrollar miedo a dormir solos y tienden a evitar cualquier espacio oscuro.
A este estrés y ansiedad, se suma la frustración de no poder controlar el miedo, lo que puede afectar la autoestima y la confianza en uno mismo.
En el caso de los adultos, muchas veces sienten vergüenza de admitir su miedo a la oscuridad ante los demás, lo que retrasa la búsqueda de ayuda profesional.
De este modo, cuando finalmente acuden a un psicólogo, la fobia ha estado presente durante años y suele estar profundamente arraigada.
Las consecuencias más comunes que hemos visto en nuestros 15 años de experiencia son principalmente en el entorno académico con una bajada del rendimiento escolar en el caso de los niños y en el entorno laboral en el caso de los adultos, principalmente por la falta de sueño, afectando a la concentración, provocando frustración y afectando a la autoestima.
En el ámbito personal, también afecta a las relaciones sociales generando un aislamiento que conlleva una depresión y síntomas de ansiedad.
DIAGNÓSTICO DE LA NICTOFOBIA
El diagnóstico de la nictofobia o miedo a la oscuridad lo realiza un profesional de la salud mental, basado en una evaluación clínica. El proceso de diagnóstico incluye:
- Identificar si el miedo es irracional y desproporcionado en relación con el peligro real.
- Determinar si la persona experimenta ansiedad intensa cada vez que está en la oscuridad.
- Evaluar el impacto del miedo en la vida cotidiana, como la dificultad para dormir o trabajar.
Criterios Diagnósticos del DSM-5
La nictofobia está clasificada como una fobia específica según el DSM-5.
Los criterios incluyen la persistencia del miedo por más de seis meses y el hecho de que cause un deterioro en el funcionamiento social, laboral o personal.
Pruebas específicas para evaluar la Nictofobia
Las pruebas que se pueden utilizar serían las siguientes:
Prueba de actuación en la oscuridad de Coffman
Evalúa cómo la persona actúa en situaciones cada vez más oscuras.
Prueba de aproximación conductual a la oscuridad de Méndez
Incluye seis situaciones donde se evalúa el nivel de ansiedad que siente el paciente con un nivel de intensidad de luz diferente.
Registro de conductas en la oscuridad de Mikulas y Coffman
Valora una serie de situaciones en una escala de cero a cuatro como ir al aseo por la noche, apagar las luces del hogar o entrar en un espacio a oscuras.
Registro a la hora de dormir de Méndez y González
Evalúa el nivel de miedo que siente el paciente cuando llega el momento de irse a dormir.
En Ags Psicólogos realizamos una entrevista personalizada para detectar cómo la Nictofobia afecta en la vida de la persona basándonos en los criterios diagnósticos de una fobia específica según el DSM-5.
Y para complementar si lo vemos necesario utilizamos alguna de las pruebas mencionadas.
También la información que nos pueda aportar el entorno familiar y personal del paciente nos facilita mucho para poder establecer los objetivos de tratamiento al paciente.
TRATAMIENTO DE LA NICTOFOBIA
Existen varios enfoques terapéuticos efectivos para tratar la nictofobia o miedo a la oscuridad. Los tratamientos más comunes incluyen:
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
La terapia cognitivo-conductual es uno de los tratamientos más eficaces para la nictofobia o miedo a la oscuridad.
Ayuda a los pacientes a identificar y modificar los pensamientos negativos que tienen sobre la oscuridad y les enseña técnicas para manejar el miedo y la ansiedad.
Esta terapia también incluye restructuración cognitiva, que permite al paciente reemplazar los pensamientos catastróficos por otros más realistas.
Terapia de Exposición (TE)
La terapia de exposición consiste en exponer gradualmente al paciente a la oscuridad en un entorno controlado y seguro.
Esta técnica es altamente eficaz para desensibilizar a la persona y reducir la respuesta de miedo mediante la repetición de la exposición sin consecuencias negativas.
Terapia EMDR
Estas técnicas terapéuticas nos permiten abordar y procesar cualquier trauma relacionado con el miedo a la oscuridad, ayudándote a reducir la respuesta de ansiedad y angustia que provoca la oscuridad.
Visualización
Utilizaremos la visualización como una herramienta de desensibilización progresiva, lo que te permitirá enfrentar el miedo a la oscuridad de manera gradual, sin que te sientas abrumado/a por la ansiedad, manteniéndote siempre en un entorno seguro y controlado.
Orientación para padres
Si tu hijo/a es quien tiene miedo a la oscuridad, te proporcionaremos recomendaciones para que, a través de juegos y actividades relajantes, puedas ayudarle a superar ese temor de manera gradual y efectiva.
Técnicas de Relajación
El uso de respiración profunda, meditación y relajación muscular progresiva son estrategias que ayudan a las personas a controlar su ansiedad cuando están en la oscuridad.
Estas técnicas no solo reducen la ansiedad en el momento, sino que también ayudan a prevenir ataques de pánico en el futuro.
Medicación
En casos más severos, los antidepresivos o ansiolíticos pueden ser prescritos para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad asociados con la nictofobia.
Sin embargo, estos medicamentos suelen utilizarse como complemento a la terapia cognitivo-conductual o la terapia de exposición.
La base fundamental del tratamiento es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y la Terapia de Exposición (TE). Son las que han demostrado eficacia en todos los casos (1), (2).
Según el caso combinaremos unas terapias con otras.
Para experiencias traumáticas, la Terapia EMDR ha demostrado ser la más eficaz.
En el caso de los niños, la orientación a los padres es fundamental para que el tratamiento sea efectivo.
La medicación dependerá del tipo de paciente y del grado en que lo sufra.
CONSEJOS PARA LA NICTOFOBIA
Además del tratamiento profesional, hay varias estrategias de autoayuda que pueden ayudar a reducir el miedo a la oscuridad:
Uso de una luz nocturna
Dormir con una luz tenue puede proporcionar una sensación de seguridad en la oscuridad.
Crear una rutina de sueño relajante
Establecer un entorno de sueño tranquilo, evitando estímulos estresantes antes de dormir, puede ayudar a reducir la ansiedad relacionada con la oscuridad.
Práctica regular de técnicas de relajación
La meditación y la respiración profunda ayudan a reducir la ansiedad general, facilitando el manejo del miedo.
¿CUÁNDO DEBES BUSCAR AYUDA PROFESIONAL?
Es importante buscar ayuda cuando la nictofobia o miedo a la oscuridad comienza a interferir en la vida diaria.
Algunas señales de que es necesario consultar a un profesional incluyen:
- Insomnio persistente debido al miedo a la oscuridad.
- Evitación constante de situaciones relacionadas con la oscuridad.
- Ansiedad extrema o ataques de pánico frecuentes cuando se enfrenta a la oscuridad.
PARA FINALIZAR
La Nictofobia o miedo a la oscuridad es una fobia debilitante que puede afectar la calidad de vida de quienes la padecen, pero con los tratamientos adecuados, es completamente tratable.
Si sufres de nictofobia o conoces a alguien que lo haga, es importante buscar ayuda profesional para comenzar el camino hacia la recuperación.
¿Por qué elegir Ags Psicólogos?
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Contamos con un equipo de profesionales con amplia experiencia en el tratamiento de fobias, capacitados para ayudarte a superar este miedo.
REFERENCIAS
- Dis, E., Veen, S., Hagenaars, M., Batelaan, N., Bockting, C., Heuvel, R., Cuijpers, P. y Engelhard, I. (2019). Resultados a largo plazo de la terapia cognitivo-conductual para los trastornos relacionados con la ansiedad: una revisión sistemática y un metanálisis. https://doi.org/10.1001/jamapsychiatry.2019.3986
- Wolitzky-Taylor, K., Horowitz, J., Powers, M., y Telch, M. (2008). Enfoques psicológicos en el tratamiento de fobias específicas: un metaanálisis. https://doi.org/10.1016/j.cpr.2008.02.007